Ingredientes para dos personas:
- 1/2 litro de agua
- 2 bolsitas de té
- 1 rodaja de piña con cáscara
- 2 clavos de olor
- 2 a 4 cucharaditas de azucar morena ( es opcional)
Modo de Preparación:
Hervir el agua con la piña cortada en pedazos y los clavos de olor durante 5 minutos en una olla con tapa.
Retirar del fuego, agregar las 2 bolsas de té y tapar. Dejar reposar durante 5 minutos.
Colar.
Lo pueden tomar frio o caliente.
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Tutoriales y tips de hierbas, plantas y alimentos que ayudan a adelgazar. Saciantes naturales y otros productos naturales que colaboran con las dietas. La naturaleza a favor de nuestra salud.
sábado, 14 de noviembre de 2009
viernes, 13 de noviembre de 2009
Tès de hierbas y frutales para Adelgazar
Aqui les traigo una variada lista de tès de hierbas , frutas y sopas que nos ayudaran a mantenernos en forma.Lo ideal es consumir 2 a 3 tazas diarias de tè ,sopa o caldo,Descubra las propiedades adelgazante que contienen estas infuciones y aprenda a prepararlas .....continua
Lista de tès y sopas que ayudan Adelgazar
Descubra cuáles son las propiedades adelgazantes que contienen las frutas, hierbas y verduras y aprenda a combinarlas para preparar las más ricas y livianas infusiones.
Infusiones con hierbas naturales
1) Té de agracejo: Esta hierba se destaca por su acción contra la ansiedad, la angustia y la depresión, factores, que en general inducen a realizar grandes ingestas de alimentos. Pero ademas, cobra gran importancia como digestivo natural. Le recomendamos que tome 2 tazas por día hasta que comience a notar cambios.
Infusiones con hierbas naturales
1) Té de agracejo: Esta hierba se destaca por su acción contra la ansiedad, la angustia y la depresión, factores, que en general inducen a realizar grandes ingestas de alimentos. Pero ademas, cobra gran importancia como digestivo natural. Le recomendamos que tome 2 tazas por día hasta que comience a notar cambios.
Efectos Termogénicos, Detoxificantes y Saciantes del agua son una importante ayuda en la pérdida de peso
El agua es un nutriente esencial que constituye más de la mitad de la masa corporal total (el 60% en el hombre adulto y el 54% en la mujer). El cuerpo de un bebé prematuro está formado por un 80% de agua, porcentaje que disminuye con la edad y que llega hasta al 45% del peso corporal total en las personas mayores. Además de su efecto saciante y su función como principal sustancia depurativa del organismo, estudios recientes constatan que un aporte de agua extra a las recomendaciones de ingesta diarias previene la retención de líquidos y ayuda a gastar más calorías durante el día.
El peso del agua
No hay otra sustancia tan ampliamente involucrada en diversas funciones orgánicas como el agua. Todas las reacciones químicas de nuestro cuerpo tienen lugar en un medio acuoso, por lo que contribuye al buen funcionamiento de todas las células del organismo. Actúa como transportador de nutrientes y otras sustancias en el sistema circulatorio, es vehículo para excretar productos de desecho y eliminar toxinas (a través del sistema cardiovascular, el renal y el hepático) y, además, lubrica y proporciona soporte estructural a los tejidos y a las articulaciones.
Otra función destacada del agua es el papel que juega en la termorregulación. La elevada capacidad calorífica del agua permite que nuestro organismo, con más de un 50% de agua en su composición, sea capaz de intercambiar calor con el medio exterior (coger o ceder) minimizando las variaciones de temperatura, que podrían ser fatales para el funcionamiento de los órganos vitales.
Retención de líquidos por escasez de agua
Por paradójico que parezca, la reacción del cuerpo ante una falta de ingesta de agua es la retención hídrica. La retención de líquidos aparece en ciertas situaciones fisiológicas como el embarazo, la menopausia, en los días antes de la menstruación y también en muchas enfermedades cardíacas, renales o hepáticas, entre otras. Siempre se manifiesta como una hinchazón de los tejidos blandos, debido a la acumulación de líquidos especialmente en dichas zonas.
El agua está distribuida en el organismo en tres grandes compartimentos, intracelular (dentro de las células), intravascular (se encuentra dentro de los vasos sanguíneos) e intersticial (se encuentra entre ambos, o sea, en los tejidos alrededor de las células). Todos estos compartimentos están separados los unos de los otros por una membrana semipermeable que permite el paso de líquidos y ciertos componentes de los mismos. La retención hídrica se produce cuando existe un desequilibrio entre las fuerzas que regulan el paso de los líquidos de un compartimento a otro.
Las personas obesas o con sobrepeso pueden sufrir una retención de líquidos por trastorno circulatorio.
La retención de líquidos es uno de los factores ocultos del aumento de peso. Las causas pueden ser de estilo de vida (sedentarismo), fluctuaciones hormonales (embarazo, lactancia, premenstruación), desequilibrio en la ingesta de bebidas o enfermedades como cirrosis, insuficiencia cardiaca, hipertensión arterial, cáncer o desnutrición. También son causa de retención hídrica los procesos inflamatorios y alérgicos, así como la toma de algunos medicamentos como corticoides, antiinflamatorios o anticonceptivos orales. Finalmente, las personas obesas o con sobrepeso pueden sufrir una retención de líquidos por trastorno circulatorio, debido al enlentecimiento del retorno sanguíneo y linfático por exceso de peso, principalmente.
Agua y adelgazamiento
El papel fisiológico del agua en el adelgazamiento y en el mantenimiento de la línea tiene lugar a distintos niveles. El agua puede ayudar a adelgazar no sólo porque previene y reduce la retención de líquidos. Es algo que se evidencia en un estudio publicado en la revista ‘The Journal of Clinical Endocrinology and Metabolism’, en el que se asegura que beber medio litro de agua aumenta el gasto metabólico en un 30% después de 30 ó 40 minutos de haberla ingerido.
Según el trabajo, el 40% de este efecto termogénico está originado por el necesario calentamiento del agua en el aparato digestivo, que varía de 22 a 37ºC. Asimismo, se observó cómo la energía para este cambio de temperatura en los hombres provino de las grasas, en contraste con las mujeres, que para este mismo fin utilizaron sobre todo los carbohidratos como fuente energética. Beber dos litros de agua al día supuso un aumento del gasto total diario de aproximadamente 100 kilocalorías. Estos resultados sugieren que el efecto termogénico del agua debe ser considerado cuando se realizan tratamientos de adelgazamiento, si bien se precisan más estudios que corroboren y contrasten esta interesante teoría.
Beber agua en exceso
Una ingesta elevada de líquido no presenta normalmente problemas fisiológicos en una persona sana porque el exceso se elimina con facilidad y de una manera rápida por los riñones. Por el contrario, una ingesta baja puede generar graves problemas de salud. La hipohidratación se corrige con una ingesta mayor de agua a través de los alimentos y bebidas, mediada por la sensación de sed, efectivo mecanismo de nuestro cuerpo que nos recuerda la necesidad de beber tras periodos de bajo aporte de líquidos. Los efectos de no beber suficiente son, entre otros, la disminución del tono muscular, peor digestión y absorción de los nutrientes, el aumento de la concentración de sustancias tóxicas en el organismo y la temida retención de líquidos.
Beber algunos vasos más de agua de los recomendados diariamente es beneficioso y ayuda a sentir ligereza, pero el aporte ha de ser moderado. Beber agua en exceso mientras se hace una dieta hipocalórica o mal planteada puede provocar desequilibrio hidroelectrolítico en el organismo. Dicho desequilibrio conlleva el riesgo de sufrir hiponatremia (desequilibrio en la concentración plasmática de sodio), lo que puede producir serios problemas cardíacos. Incluso hay personas que hacen un consumo exagerado y desproporcionado de agua.
Estos casos de ingesta excesiva de agua pueden deberse también a un trastorno con nombre, la potomanía, que puede ser síntoma de un desequilibrio psiquiátrico, ya que tiene aspectos en común con otros trastornos del control de los impulsos.
Efecto detoxificante y saciante
Mientras se está perdiendo grasa corporal cuando se sigue una dieta de adelgazamiento, se producen sustancias de desecho que el organismo elimina a través de los riñones y de la orina. Beber suficiente agua asegura el buen funcionamiento renal y la eliminación de estas sustancias. Por este motivo, otro papel importante de este nutriente durante la pérdida de peso es el efecto detoxificante.
Beber agua cuando se tiene hambre, o antes de comer, también produce sensación de saciedad en el cerebro a nivel del hipotálamo, lo que puede ayudar a reducir la cantidad total de alimentos en una comida. Además, si la persona que está en tratamiento dietoterapéutico utiliza el agua como el medio más importante de hidratación, estará evitando la ingestión de calorías vacías provenientes de otro tipo de bebidas (zumos naturales o azucarados, refrescos, infusiones azucaradas o bebidas alcohólicas).
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El peso del agua
No hay otra sustancia tan ampliamente involucrada en diversas funciones orgánicas como el agua. Todas las reacciones químicas de nuestro cuerpo tienen lugar en un medio acuoso, por lo que contribuye al buen funcionamiento de todas las células del organismo. Actúa como transportador de nutrientes y otras sustancias en el sistema circulatorio, es vehículo para excretar productos de desecho y eliminar toxinas (a través del sistema cardiovascular, el renal y el hepático) y, además, lubrica y proporciona soporte estructural a los tejidos y a las articulaciones.
Otra función destacada del agua es el papel que juega en la termorregulación. La elevada capacidad calorífica del agua permite que nuestro organismo, con más de un 50% de agua en su composición, sea capaz de intercambiar calor con el medio exterior (coger o ceder) minimizando las variaciones de temperatura, que podrían ser fatales para el funcionamiento de los órganos vitales.
Retención de líquidos por escasez de agua
Por paradójico que parezca, la reacción del cuerpo ante una falta de ingesta de agua es la retención hídrica. La retención de líquidos aparece en ciertas situaciones fisiológicas como el embarazo, la menopausia, en los días antes de la menstruación y también en muchas enfermedades cardíacas, renales o hepáticas, entre otras. Siempre se manifiesta como una hinchazón de los tejidos blandos, debido a la acumulación de líquidos especialmente en dichas zonas.
El agua está distribuida en el organismo en tres grandes compartimentos, intracelular (dentro de las células), intravascular (se encuentra dentro de los vasos sanguíneos) e intersticial (se encuentra entre ambos, o sea, en los tejidos alrededor de las células). Todos estos compartimentos están separados los unos de los otros por una membrana semipermeable que permite el paso de líquidos y ciertos componentes de los mismos. La retención hídrica se produce cuando existe un desequilibrio entre las fuerzas que regulan el paso de los líquidos de un compartimento a otro.
Las personas obesas o con sobrepeso pueden sufrir una retención de líquidos por trastorno circulatorio.
La retención de líquidos es uno de los factores ocultos del aumento de peso. Las causas pueden ser de estilo de vida (sedentarismo), fluctuaciones hormonales (embarazo, lactancia, premenstruación), desequilibrio en la ingesta de bebidas o enfermedades como cirrosis, insuficiencia cardiaca, hipertensión arterial, cáncer o desnutrición. También son causa de retención hídrica los procesos inflamatorios y alérgicos, así como la toma de algunos medicamentos como corticoides, antiinflamatorios o anticonceptivos orales. Finalmente, las personas obesas o con sobrepeso pueden sufrir una retención de líquidos por trastorno circulatorio, debido al enlentecimiento del retorno sanguíneo y linfático por exceso de peso, principalmente.
Agua y adelgazamiento
El papel fisiológico del agua en el adelgazamiento y en el mantenimiento de la línea tiene lugar a distintos niveles. El agua puede ayudar a adelgazar no sólo porque previene y reduce la retención de líquidos. Es algo que se evidencia en un estudio publicado en la revista ‘The Journal of Clinical Endocrinology and Metabolism’, en el que se asegura que beber medio litro de agua aumenta el gasto metabólico en un 30% después de 30 ó 40 minutos de haberla ingerido.
Según el trabajo, el 40% de este efecto termogénico está originado por el necesario calentamiento del agua en el aparato digestivo, que varía de 22 a 37ºC. Asimismo, se observó cómo la energía para este cambio de temperatura en los hombres provino de las grasas, en contraste con las mujeres, que para este mismo fin utilizaron sobre todo los carbohidratos como fuente energética. Beber dos litros de agua al día supuso un aumento del gasto total diario de aproximadamente 100 kilocalorías. Estos resultados sugieren que el efecto termogénico del agua debe ser considerado cuando se realizan tratamientos de adelgazamiento, si bien se precisan más estudios que corroboren y contrasten esta interesante teoría.
Beber agua en exceso
Una ingesta elevada de líquido no presenta normalmente problemas fisiológicos en una persona sana porque el exceso se elimina con facilidad y de una manera rápida por los riñones. Por el contrario, una ingesta baja puede generar graves problemas de salud. La hipohidratación se corrige con una ingesta mayor de agua a través de los alimentos y bebidas, mediada por la sensación de sed, efectivo mecanismo de nuestro cuerpo que nos recuerda la necesidad de beber tras periodos de bajo aporte de líquidos. Los efectos de no beber suficiente son, entre otros, la disminución del tono muscular, peor digestión y absorción de los nutrientes, el aumento de la concentración de sustancias tóxicas en el organismo y la temida retención de líquidos.
Beber algunos vasos más de agua de los recomendados diariamente es beneficioso y ayuda a sentir ligereza, pero el aporte ha de ser moderado. Beber agua en exceso mientras se hace una dieta hipocalórica o mal planteada puede provocar desequilibrio hidroelectrolítico en el organismo. Dicho desequilibrio conlleva el riesgo de sufrir hiponatremia (desequilibrio en la concentración plasmática de sodio), lo que puede producir serios problemas cardíacos. Incluso hay personas que hacen un consumo exagerado y desproporcionado de agua.
Estos casos de ingesta excesiva de agua pueden deberse también a un trastorno con nombre, la potomanía, que puede ser síntoma de un desequilibrio psiquiátrico, ya que tiene aspectos en común con otros trastornos del control de los impulsos.
Efecto detoxificante y saciante
Mientras se está perdiendo grasa corporal cuando se sigue una dieta de adelgazamiento, se producen sustancias de desecho que el organismo elimina a través de los riñones y de la orina. Beber suficiente agua asegura el buen funcionamiento renal y la eliminación de estas sustancias. Por este motivo, otro papel importante de este nutriente durante la pérdida de peso es el efecto detoxificante.
Beber agua cuando se tiene hambre, o antes de comer, también produce sensación de saciedad en el cerebro a nivel del hipotálamo, lo que puede ayudar a reducir la cantidad total de alimentos en una comida. Además, si la persona que está en tratamiento dietoterapéutico utiliza el agua como el medio más importante de hidratación, estará evitando la ingestión de calorías vacías provenientes de otro tipo de bebidas (zumos naturales o azucarados, refrescos, infusiones azucaradas o bebidas alcohólicas).
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martes, 10 de noviembre de 2009
Adelgazar con rapidez las Dietas de ayuno
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El ayuno es algo que se practica desde hace siglos. Tradicionalmente se utilizaba como ritual religioso para ejercitar la autodisciplina y despertar la consciencia espiritual, pero últimamente, la práctica de dejar de comer se ha convertido en una moda para Adelgazar con rapidez.
Mientras que un día de ayuno no supone un peligro serio para la Salud de un adulto, un ayuno prolongado (más de 24 horas) puede tener graves consecuencias. Ya sea un ayuno "solo de agua" para desintoxicar, saltarse comidas o sobrevivir solo a base de sopa de repollo o pomelo, el cuerpo solo reconoce una cosa: que pasa hambre. Cuando no consumimos suficientes calorías para mantener las funciones esenciales (como mantener el latido del corazón o la respiración de los pulmones), el cuerpo reacciona utilizando sus propias reservas para obtener energía. Continua
El ayuno es algo que se practica desde hace siglos. Tradicionalmente se utilizaba como ritual religioso para ejercitar la autodisciplina y despertar la consciencia espiritual, pero últimamente, la práctica de dejar de comer se ha convertido en una moda para Adelgazar con rapidez.
Mientras que un día de ayuno no supone un peligro serio para la Salud de un adulto, un ayuno prolongado (más de 24 horas) puede tener graves consecuencias. Ya sea un ayuno "solo de agua" para desintoxicar, saltarse comidas o sobrevivir solo a base de sopa de repollo o pomelo, el cuerpo solo reconoce una cosa: que pasa hambre. Cuando no consumimos suficientes calorías para mantener las funciones esenciales (como mantener el latido del corazón o la respiración de los pulmones), el cuerpo reacciona utilizando sus propias reservas para obtener energía. Continua
Resultados del ayuno en las etapas iniciales de los adelgazamientos rápidos
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En circunstancias normales, el combustible principal del cuerpo es la glucosa. El cerebro, en concreto, debe recibir un aporte constante de glucosa para funcionar adecuadamente. Durante un período de restricción calórica, se utiliza la glucosa, que se encuentra almacenada en el hígado en forma de glicógeno, para disponer de energía. El glicógeno está almacenado con agua, por lo que cuando se divide para liberar energía, también se libera agua. Este fluido es el responsable del rápido adelgazamiento que se produce en los dos primeros días (entre 1,4Kg y 2,3Kg por día) de las dietas con una importante restricción calórica, como la “Dieta milagro de Hollywood”, la “Dieta de la sopa de repollo” o la “Dieta del pomelo”, con las que se dice que se pueden lograr adelgazar 4,5Kg en dos días.
Consecuencias: suena demasiado bien para ser verdad: este adelgazamiento no dura. Cuando se vuelve a comer normal, se vuelven a llenar los almacenes de agua y glucosa y se recupera el peso corporal original. La rápida pérdida de fluido también puede dar lugar a la pérdida de electrolitos y a deshidratación, ya que lo único que se "limpia" del cuerpo son los minerales necesarios para las contracciones de los músculos, las transmisiones nerviosas, la regulación de los fluidos corporales y otras funciones fisiológicas. Una caída repentina del azúcar en sangre, mientras disminuyen las reservas de glicógeno, producirá cansancio, confusión y cambios de humor. Estos síntomas, a menudo, se achacan erróneamente a los primeros pasos del proceso de limpieza de una dieta de desintoxicación.
Reducir las calorías ralentiza la pérdida de peso
EL hígado almacena solo el glicógeno (energía) suficiente para un día, por lo que cuando ayunamos más de 24 horas, el cuerpo recurrirá a los músculos para producir glucosa que poder utilizar como energía. Tras seguir una dieta muy baja en calorías o ayuno durante una semana, el 30% de todo lo que hayamos adelgazado erá músculo y el resto fluidos. La cantidad de músculo que tenemos en el cuerpo determina nuestro índice metabólico (la velocidad a la que quemamos calorías), por lo que a medida que perdemos músculos, éstos realizan menos trabajo metabólico, ahorrando calorías para ahorrar energía. A corto plazo, nuestro índice de adelgazamiento se ralentizará.
De hecho, la mayoría de las Dietas rápidas de dos o tres días que afirman quemar Grasas, solo eliminan tejido muscular metabólicamente activo por lo que, en realidad, entorpecen el adelgazamiento a largo plazo. Lo mismo sucede cuando se saltan las comidas. Cuando tomamos una comida, nuestro metabolismo global aumenta debido a la energía requerida para la digestión y la absorción de la comida. Saltarse una comida tiene el efecto contrario, es decir, disminuye el metabolismo, y se mantiene así hasta que comemos algo.
En general, entonces el cuerpo ahorrará calorías (en lugar de quemarlas) para asegurarse de que tiene suficiente energía durante el tiempo de ayuno, por lo que saltarse comidas para evitar calorías es un método contraproducente de cara a una pérdida de peso prolongada.
Cuando los niveles de calorías aumenten al nivel normal, la recuperación de peso será más rápida y el peso volverá en forma de grasa, puesto que nuestro índice metabólico se ha ralentizado; podríamos incluso acabar más gordos que antes de empezar a hacer dieta. La pérdida de músculo influirá en nuestra capacidad para mantener la pérdida de peso a largo plazo, a menos que recuperemos musculatura haciendo ejercicio
En circunstancias normales, el combustible principal del cuerpo es la glucosa. El cerebro, en concreto, debe recibir un aporte constante de glucosa para funcionar adecuadamente. Durante un período de restricción calórica, se utiliza la glucosa, que se encuentra almacenada en el hígado en forma de glicógeno, para disponer de energía. El glicógeno está almacenado con agua, por lo que cuando se divide para liberar energía, también se libera agua. Este fluido es el responsable del rápido adelgazamiento que se produce en los dos primeros días (entre 1,4Kg y 2,3Kg por día) de las dietas con una importante restricción calórica, como la “Dieta milagro de Hollywood”, la “Dieta de la sopa de repollo” o la “Dieta del pomelo”, con las que se dice que se pueden lograr adelgazar 4,5Kg en dos días.
Consecuencias: suena demasiado bien para ser verdad: este adelgazamiento no dura. Cuando se vuelve a comer normal, se vuelven a llenar los almacenes de agua y glucosa y se recupera el peso corporal original. La rápida pérdida de fluido también puede dar lugar a la pérdida de electrolitos y a deshidratación, ya que lo único que se "limpia" del cuerpo son los minerales necesarios para las contracciones de los músculos, las transmisiones nerviosas, la regulación de los fluidos corporales y otras funciones fisiológicas. Una caída repentina del azúcar en sangre, mientras disminuyen las reservas de glicógeno, producirá cansancio, confusión y cambios de humor. Estos síntomas, a menudo, se achacan erróneamente a los primeros pasos del proceso de limpieza de una dieta de desintoxicación.
Reducir las calorías ralentiza la pérdida de peso
EL hígado almacena solo el glicógeno (energía) suficiente para un día, por lo que cuando ayunamos más de 24 horas, el cuerpo recurrirá a los músculos para producir glucosa que poder utilizar como energía. Tras seguir una dieta muy baja en calorías o ayuno durante una semana, el 30% de todo lo que hayamos adelgazado erá músculo y el resto fluidos. La cantidad de músculo que tenemos en el cuerpo determina nuestro índice metabólico (la velocidad a la que quemamos calorías), por lo que a medida que perdemos músculos, éstos realizan menos trabajo metabólico, ahorrando calorías para ahorrar energía. A corto plazo, nuestro índice de adelgazamiento se ralentizará.
De hecho, la mayoría de las Dietas rápidas de dos o tres días que afirman quemar Grasas, solo eliminan tejido muscular metabólicamente activo por lo que, en realidad, entorpecen el adelgazamiento a largo plazo. Lo mismo sucede cuando se saltan las comidas. Cuando tomamos una comida, nuestro metabolismo global aumenta debido a la energía requerida para la digestión y la absorción de la comida. Saltarse una comida tiene el efecto contrario, es decir, disminuye el metabolismo, y se mantiene así hasta que comemos algo.
En general, entonces el cuerpo ahorrará calorías (en lugar de quemarlas) para asegurarse de que tiene suficiente energía durante el tiempo de ayuno, por lo que saltarse comidas para evitar calorías es un método contraproducente de cara a una pérdida de peso prolongada.
Cuando los niveles de calorías aumenten al nivel normal, la recuperación de peso será más rápida y el peso volverá en forma de grasa, puesto que nuestro índice metabólico se ha ralentizado; podríamos incluso acabar más gordos que antes de empezar a hacer dieta. La pérdida de músculo influirá en nuestra capacidad para mantener la pérdida de peso a largo plazo, a menos que recuperemos musculatura haciendo ejercicio
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